El reino de MO

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"Yo soy la primera y la última, yo soy la amada y la odiada, yo soy la prostituta y la santa."

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domingo, septiembre 22, 2013

Arquitectura caótica.

Aún no; todavía no; espera un momento; un poco más tarde; espera, quizá mañana, quizá en otro momento.
Todo son frases de excusa, frases de desaliento.
El desesperanzado rechaza todos los momentos y cuando llega uno bueno dice, no es para mi.
Ironía. Yo que me creía la llena de esperanza y ahora la tengo negra, negrita, mi esperanza.
Todo es una pequeña lucha. Todo tiene su principio y su fin.
Hoy he leído una frase que me ha gustado, decía:
"Al final todo tiene solución, y si aún no ha llegado, es que aún no es el final. Al final todo irá bien, y si aún no está bien, es que aún no es el final."
Entonces, no existe el fracaso, solo que si algo no sale bien a la primera, saldrá después, pero hay que poner voluntad y esfuerzo.
* * *
El inquisidor nocturno en mi techo me arrulla con mucho mimo.
* * *
Quizá, solo quizá, deba escuchar por un tiempo un poco menos a los demás y un poco más a mi misma. Pero es dificil. Me he asilvestrado. Soy salvaje como una zarza y me engancho y me enredo y me crezco en lo escabroso.

Quizá deba conocerme un poco más a mi misma para odiarme un poco menos. Pero cómo hacerlo? Escuchándome, si digo muchas tonterías... algunas preciosas como flores salvajes. Solo hay que escucharse.

Esta noche es de terciopelo oscuro, como el manto de un santo desconocido.

Nadie es perfecto, reconozco esos zapatos gastados. Quizá sea eso, darse cuenta que no somos perfectos. Reconocer que no somos perfectos. Arboles que se tuercen en colinas abruptas que necesitamos guía, sol, agua, tierra firme. Todos los elementos, y quizá alguno más.

No tienes la culpa de estar sola, no tienes la culpa de no ser ambiciosa, no tienes la culpa de no querer abandonar el nido. Luego de golpe y porrazo todo cambia y todo puede saltar por los aires.

¿Que escribo? lo que no me atrevo a decir.

Amo a los muertos como si estuvieran vivos y amo a los vivos como si ya estuvieran muertos. Pero amo, siempre amo. Ah! ya lo sé: a todos menos a mi.

Quizá aún sigo aquí por eso, es mi única frontera, mi único objetivo.

Es tiempo de nada...

Es tiempo de cazar mamuts congelados.
Es tiempo de hijos de la industria que escuchan en sus ipods musica máquina acunados por el vaiven del metro en las entrañas de la tierra destronada.
Porque el ritmo monótono de las máquinas y las fábricas recuerdan lo oscuro del útero materno y se sienten confortables, y se sienten seguros.
Es tiempo de nada, de una especie de nada...
No es tiempo de caballeros ni de princesas.
Es tiempo de madres con niños de porcelana.

*   *   *
Naufragada en mis propias lágrimas, como Alicia empequeñecida.
Corriendo en círculo sin fin, solo para secarme, esperando ver una cara conocida.
*   *   * 
Porque lo único que me queda es mi voz y mi orgullo.
Aquí vuelve la sirena.
*   *   *
Fuimos un error que subsanamos - Somos afortunados - Otra gente no tiene tanta suerte. Nuestro orgullo nos ha salvado.
Todas las maldiciones que pude echarte me las he echado antes yo encima, así que sé feliz. Aqui yace. Tampoco importa.
Hoy soy libre. Mi orgullo soy yo y yo soy mi orgullo.

Por los amores

Por los amores que no se van, que se quedan para siempre.
Por los amantes que no son, que nunca lo fueron.
Por los que pintan sin luz y escriben en el aire.
Por los que bailan en la luna y hacen que llueva.
Por los que son libres, aunque no lo saben.

El amor nos hace libres, porque no pasa factura.
El amor nos basta.
Lo escribo una y mil veces hasta poder llegar a creerlo, hasta que se me meta en la cabeza.
Hasta que se me clave en las entrañas.
Solo el amor me hace libre aunque me susurre esta soledad inmensa.

Amada del amor y solo para él, suya siempre. Quizá sea mejor así. Es sin duda mejor así.

Ya no busco, encuentro.
¿Qué he dejado a medias? ¿Qué debo purgar que no encuentro el camino? ¿Cómo se piensa de otro modo si veo estrellas en el fango?

Mi tristeza es pegajosa, pero eso no te impide besarme.
Respirarme.
Respirarte.
No hay fronteras.
Quiero volver a escribir.

Dejar de hacer lo que no quiero hacer.
Empezar a hacer lo que quiero hacer.

Estoy hecha de pedazos de mi misma y hasta no reconozco mi letra y todo es una oscuridad inmensa esperando la luz.

No escribo yo, no son mis palabras. No es mi forma ni mi fondo.

¿Qué ha sido de mis palabras, las que me hacían libre? Las que me hacían ser yo misma. Quizá tan poco importo y por eso ya he desaparecido.

Contradicción. Si he desaparecido ¿qué hago escribiendo? ¿O la bestia ha crecido tanto que ha tomado mi forma? Esa bestia absurda y salvaje que se alimenta de palabras, de mis palabras. Palabras para la bestia.

En este mundo

La falta de ambición es un pecado imperdonable. También la falta de una meta clara, o ponerse metas y nunca llegar a ellas.

Yo estoy llena de esos pecados, soy la mejor en esos ámbitos.

Todo alrededor cambia demasiado rápido. Solo tengo la inercia de un ajado caballo de cartón en este tiovivo. Ya apenas queda nada de mi montura, solo la barra y me aferro a ella desesperadamente mientras el tiovivo sigue y sigue dando vueltas sin parar.

Curiosos tiempos de inercia constante.
Curiosos y extraños tiempos de inconsciente inercia.

Una completa inercia cósmica que hace que sigamos girando aunque gente a nuestro alrededor quede parada, y me pregunto ¿Es mejor esta inercia o empezar de cero? ¿Por qué no terminar lo que nunca acabo?

No darme más excusas y dejar de vivir la vida de los otros. Porque es suya y no mía. Yo tengo que vivir mi propia vida.

¿A qué temes? ¿Al terror? No hay nada que se le parezca ni más terrible que el propio terror.

Al menos tú no estás sola, dicen mis ángeles. Aunque creas que sí, no lo estás. Y eres amada y te necesitan aunque creas que no.

No creas tanto y siente.

No pienses tanto y actúa.

No te mientas más, amiga mía, nunca más.

Vive las cosas que quieres vivir, y sueña, vuelve a soñar, es posible volver a soñar, querida mía.

Quiero salir de esta trampa y empezar de nuevo.

¿Se puede? ¿Es posible?

Así lo espero, siempre. A pesar de todo, me queda la esperanza. Que no me falte nunca.

Desangrarme gota a gota, como en los viejos tiempos, ese es mi sueño.

Dejar de sentir náuseas en esta inercia que me agota.


Las Tablas

Infinitas sombras.

Somos sombras de infinitas sombras.

Fluímos por el tiempo como una fuente de agua cíclica. El agua que cae es la misma que vuelve a surgir en unos minutos.

Jardines de árboles sin vida, cementerio de coches de lujo. Aparcados, detenidos, colocados en hilera. Cadáveres abandonados por unas horas.
Necesitamos más espacio para coches, no para personas.
Las personas ocupan menos, son inapreciables, casi sombras.
Hasta las sillas parecen esqueletos de silla.

No se puede ser sensible en un mundo material. O quizá siendo sensible es el único modo de atravesar las paredes, como un fantasma y sentir el flujo de las aguas subterráneas, y seguir leyendo las señales del cielo, y saber contar con alguien fuera de tí mismo.

Demasiada carne entre metal y cristal. Demasiados muertos en vida.