El reino de MO

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"Yo soy la primera y la última, yo soy la amada y la odiada, yo soy la prostituta y la santa."

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martes, mayo 31, 2022

La ley innata

¿Qué estas haciendo de tu vida?

Hasta esta pregunta me parece una tentación de mi soberbia...

Mi vida no es tan importante,

pero es única,

como un regalo.

Sí, querida amiga, no merezco nada,

pero aquí estoy...

El sabrá porqué.

Salmo 109 - Dixit Domine...

Dixit Dominus Domino meo: Sede a dextris meis. Donec ponam inimicos tuos, scabellum pedum tuorum. Virgam virtutis tuae emittet Dominus ex Sion: dominare in medio inimicorum tuorum. Tecum principium in die virtutis tuae in splendoribus sanc torum: ex utero ante luciferum genui te. Iuravit Dominus, et non poenitebit eum: Tu es sacerdos in aeternum secundum ordinem Melchisedech. Dominus a dextris tuis, confregit in die irae suae reges. Iudicabit in nationibus, implebit ruinas: Conquassabit capita in terra multorum. De torrente in via bibet: Propterea exaltabit caput. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen.

El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. El Señor enviará desde Sión el cetro de tu poder: reina en medio de tus enemigos. Contigo está el comienzo del día de tu virtud, en el resplandor del lecho sagrado: desde el vientre ante la estrella te he engendrado. El Señor ha jurado y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. El Señor a tu diestra ha quebrantado reyes en el día de su ira. Juzgará entre las naciones, las colmará de calamidades: despedazará sus cabezas en la tierra de muchos. Del torrente beberá en el camino: Por tanto, levantará la cabeza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, y ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

...
Porque yo soy pobre y miserable, y mi corazón está traspasado;
me desvanezco como sombra que declina, soy sacudido como la langosta.
De tanto ayunar se me doblan las rodillas, y mi cuerpo está débil y enflaquecido;
soy para ellos un ser despreciable: al verme, mueven la cabeza.
Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu misericordia,
para que sepan que aquí está tu mano, y que tú, Señor, has hecho esto;
no importa que ellos maldigan, con tal que tú me bendigas. Queden confundidos mis adversarios, mientras tu servidor se llena de alegría:
que mis acusadores se cubran de oprobio, y la vergüenza los envuelva como un manto.
Yo daré gracias al Señor en alta voz, lo alabaré en medio de la multitud,
porque él se puso de parte del pobre, para salvarlo de sus acusadores.