El reino de MO

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"Yo soy la primera y la última, yo soy la amada y la odiada, yo soy la prostituta y la santa."

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lunes, noviembre 21, 2005

Entre el fuego y la llama

Estoy
entre el fuego y la llama
y no me consumo, pero no dejo de arder...

Respirando pesadamente la luz de la luna.
Sedienta.

Juzgada, condenada. Olvidada.

Como sentenciada en antiguo castigo.

Ardo, me angustio, me quemo.

Busco tu alivio, busco tu agua, dios de la lluvia. Sedienta estoy.

Demasiado sincera, tan inoportuna, tan efímera.

Ojala aprenda la paciencia de las plantas.

Aprender que no todo tiene porqué tener un sentido. Que a veces estoy triste sin ningún motivo. Que quiero arrojarme al vacio como las hojas muertas.

Extrañamente, no toco el suelo. En el último instante, tu mano me sujeta.

La peor, la más despreciada. Eso parece, y sin embargo, tengo que seguir caminando sin tener que pedir perdón al mundo por cada paso.

Fascinada contigo, deseando conocer algo más del mundo del que vienes, pero me quedo a las puertas...

He sido demasiado sincera y no he dejado un resquicio al misterio? Ah, querida amiga, eso no es cierto.

Hasta en tu sinceridad hay misterio.

Deja de pensar y deja que las cosas sucedan por si mismas.

Déjate llevar, confía.

Que nada que este por hacer quedará hecho si tu no pones de tu parte. Que nada que esté por hacer queda sin respuesta.

A veces es necesario preguntarse, a veces es necesario saber de dónde vienen las preguntas. Encontrarse de frente con ellas para poder responderlas.

Hay locura en tu cordura y tanta cordura en tu locura...

Paz en tu batalla y tanta lucha en la búsqueda de la paz.

Miro demasiado dentro de mi como para saber realmente porque me oculto así a veces. Me conozco y me temo demasiado como para eso. A veces pienso, por qué no seré como el resto, o es que en la unicidad de mi cabeza ya soy como el resto, o es que nadie se para a hacerse estas preguntas.

Rompe la cadena, salta de la llama.

Tres puertas

Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta.
Enfrente, la montaña.
Pasa la nube inmensa;
toda suya... todo suyo.
Huracanes de vientos;
lluvia andante semiparalela
y en todo el monte funerales alegres, naturales,
de hojas muertas.

Los cabellos terráqueos danzan todos iguales
al son de trompetas invisibles que vienen de los mares.

Llegó el otoño; llegó la muerte...
¡Mas no para todos!
Hoy morirán hojas y animales.

Mas no morirán para siempre y, en su transformación de mañana
darán
con más calor
a la tierra,
de su muerte,
pasado mañana,
brotes de esperanza.

Y yo no he muerto.
Me alegro de la lluvia
y me alegro del viento.
Si tengo frío, me caliento;
si tengo miedo, ¡Que no lo tengo!,
susurro y pienso...
y para mañana
ya me he comido mi pequeña ración de esperanza.

Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta inmensa...




Extraida de http://www.pagaelpato.com/standby/extrechinato-tu-letras-canciones-poesia-basica.htm

miércoles, noviembre 02, 2005

Amigo mio

A ti, si, a quien siempre acabo recurriendo en los momentos más insospechados, a veces cuando estoy de bajón y no me aguanto ni yo. A quien siempre me gusta escribir de vez en cuando.

A tí, si, que me has visto llorar millones de veces y que tantas veces me has hecho reir al instante siguiente con tu sola sonrisa.

A tí, que lees por encima de mi hombro y me haces cosquillas mientras escribo, para que me confunda y no me salgan tan hermosas las palabras.

A tí, que conoces la tormenta y el horror, el pecado y el abismo, y que aún compartiéndo mi caida siempre logras sacarme de alli, extendiendome tu mano.

A tí, que no te asustas con nada y que cuando tengo miedo te aterras tanto que me susurras "no tengas miedo", y dejo de tenerlo.

A tí, sí, que respiras mi aliento y bebes mis lágrimas, y con el silencio absoluto me llenas de calma plena.

A tí, que compartes mis palabras, que deshaces los nudos, que me enredas y me desatas, y me confundes, y me haces acertar, y paseas conmigo haga sol o llueva a mares.

A ti, que descansas a mi lado y me das descanso.

Querido amigo, que son muchos años juntos. Sea pues, sintiendo en mi brazo escalofríos bajo tus dedos, oliéndote tan cerca, celebremos juntos el encuentro de nuestras almas imperfectas como cristales de nieve.

Celebremos alma mía, nuestro encuentro!