El reino de MO

El reino de MO en ivoox https://go.ivoox.com/sq/1440102

"Yo soy la primera y la última, yo soy la amada y la odiada, yo soy la prostituta y la santa."

Nombre:

lunes, abril 25, 2005

Incierta primavera

Estan nevando plumas de ángeles olvidados, como cantos oscuros de un pasado que resurge como un eco lejano, que florece como un árbol que creía muerto. Han pasado mil eras, eones, años luz y sin embargo, te respiro, a pesar de ti y de mi, y de todo lo pasado, sigues habitando en mi, alma mía, en el aire que respiro, en el segundo de recuerdo que me hace sonreir, en una frase, en el eco de tu risa o en el suave gemido de mi sueño.

Eres, sigues siendo parte mi, uno, conmigo. Libres, solos, plenos.

En cierto modo, es cierto.

Fuimos enviados para ser ángeles...

jueves, abril 21, 2005

Lilas

Ayer pasee por las calles de viento con un ramo de lilas contra mi pecho.
Su perfume llegaba donde alli yo no llego
Las sedientas lilas y su dulce perfume único y eterno.

viernes, abril 15, 2005

Vino dulce

Suavemente susurrado como el viento
envolviéndome con su aroma
como una música maravillosa
que me reencuentra con la alegria de vivir.

Esperanzada en la lluvia en mitad del cielo,
flores silvestres, salvajes, florecen
en mitad de mi pecho
llenándome de un suave rumor de hojas y pistilos
como la tierra nunca sembrada.

Respirándote te acercas a mi orilla
como un viajero errante a puerto oscuro,
prefiriendo mi suave bruma a la obscuridad
de un mar inquieto.

Rompe mi espejo, de damajuana y olivo.
Quiebra mi sueño, y hazte de carne y sangre,
que pueda verte, que pueda meter yo
los dedos en las llagas de tus manos,
en la herida de tu costado...

Y sin tocarte pueda verte, y sin verte, abrazarme,
pirueta de sombras, gaviota sin rumbo,
caminando en el suelo que yo piso
hasta descansar en el lecho de rosas
tanto, ay, tanto tiempo por ti, conservado.

Viajero, descansa tus pies, camina en mi sombra,
que soy liviana como el vino dulce,
como esa rosa temprana,
como ese beso que apenas rozó tus labios...

lunes, abril 11, 2005

La orilla

Estoy sentada en mi barca, en la orilla tranquila. A punto de navegar, de lanzarme al mar conocido y cambiante y siempre desconocido. Llevo mis aperos, mi única compañía. He naufragado otras veces, otras a la deriva absoluta, mi barca al pairo, me mantuve a flote.

Hoy la noche es fría y tranquila. Pensativa, en mi barca. No es el miedo lo que me ancla, lo que me impide partir, o quiza sea sólo el miedo lo que me ata a esta orilla.

Quizá como el navegante errante, deba cambiar mi miedo por la curiosidad, por la necesidad de buscar libertad, de buscar libremente la otra orilla. La otra orilla tranquila, que aunque desconocida, me acoja.

Esta es mi orilla tranquila mas la mar me llama...

lunes, abril 04, 2005

Eros y Thanatos

He vuelto a morir.
No es una sensación desagradable, es como siempre. Ayer no controlaba mis reacciones ni mis sentimientos. Te duermes y te despiertas. Y luego, todo lo que sentías antes parece olvidado, todo lo que escribiste parecen sentimientos vacios, olvidados, pertenecen a otra persona.
He vuelto a morir porque como siempre, no soy amada. Y eso para mi a veces parece tener más importancia que nada. He vuelto a morir, porque ayer tuve la extraña sensación de que jamás he amado sinceramente.
¿Qué es lo que tuve, si es que alguna vez fue mio? Quizá no amé sinceramente, no supe amar, ame mal.. Darlo todo, dejar de ser uno mismo no es amar, es un reflejo intenso de mi victimismo obcecado. No sé amar, nunca podré amar a Angel como merece ser amado. Por eso no es para mi.
Pero puedo aprender?
Aprender a amar, diosa desmembrada.
Lección primera. Amarse a uno mismo. Ser uno mismo el mayor amor, pero un amor sincero, cuidarse, pero no descuidarse ni ceder a los caprichos. En ello estamos.
Lección segunda. Caminar sin miedo pero no buscar el encuentro. Ya te encontrará el amor por las laderas de los bosques, entre la multitud desconocida, en la oscuridad ciega de la noche. La sombra que te sigue y no atrapas.
Lección tercera. Amar es perdonar. Olvidar lo malo que te hacen y pedir perdón por los errores que puedas cometer.
Leccion cuarta. Amar es darse, pero sin olvidarse de uno mismo. No es diluirse, no es atarse, no es obedecer órdenes ni someter, ni dejarse someter. Amar es darse por entero, tirarse a la piscina aunque no haya agua: quizá los ángeles te sostengan en tu breve caida.
Leccion quinta. Amar es respirar. Un acto reflejo, rutinario, vital. No es una obsesión ni un hecho que deba ser forzado.
Leccion sexta. Amar es compartir. Porque si el amor no es un intercambio, no es que sea incompleto, pero nunca llegará a cielos más altos para los que está destinado.
Lección septima. Amar es ser. Porque sólo amando sinceramente puede la existencia humana tener sentido.

Por qué si no, qué somos, sino carne convulsa y vísceras que un día u otro se pudrirán bajo la tierra sin remedio. Alimento fétido para gusanos. La belleza, que a veces mueve al amor, una calavera desnuda, unos ojos hundidos en las cuencas, unos labios podridos dibujando una sonrisa eterna.
Es curioso. A veces nos pasamos la vida llorando y lamentándonos, pero siempre al final acabaremos sonriendo por toda la eternidad, una sonrisa estática y sabia. El palacio del rey gusano hasta que ya no quede nada. ¿Quién se acordará entonces de mi, corazón abatido por las olas del mar de amor que me hace naufragar tantas veces, mi pobre barca de sueños vacios? ¿Quien te amará como yo, amor mío, cuando mi voz no te llame cada noche sin esperar respuesta?
De una cosa estoy segura: seré polvo, sí, pero polvo eternamente enamorado. Porque si el amor me mueve en esta vida, qué no hará después de la muerte.

Indiferencia

A veces pienso que la vida son ciclos. Que hay situaciones que no es que se repitan sino que determinadas circunstancias que hacen volver a replantearnos cuestiones que no superamos, o que no afrontamos y vuelven a salir a nuestro encuentro.

La indiferencia es una de las actitudes que peor llevo en esta vida. Contra la indiferencia solo me queda la rabia, el vacio, y por desgracia es contagiosa. Finalmente acabamos siendo indiferentes con quienes lo son con nosotros.

Prefiero permanecer a ser indiferente. Sentir aunque sea una rabia vacia a no sentir nada. Porque la rabia se agota en si misma, y la indiferencia se alimenta dia a dia.

Y tras la rabia queda un recuerdo claro, como un cielo nocturno despejado tras una lluvia intensamente furiosa.