La voz de la memoria

Recuerdo un verano de aquellos que para mi mente son como un inmenso mar de tiempo, sin hechos reseñables, sin viajes, sin sueños, supongo que deberia estar estudiando, en los que escuchaba un programa de radio en Radio 2 clásica, y ponian a eso de las 12 de la mañana o asi, un programa dedicado a la música de Domenico Scarlatti, y comenzaba con estas palabras...

"La voz de la memoria nos redime del pozo oscuro donde las piedras caen junto al silencio espeso. Vivir es un estado de voz en la memoria y la vida es un eco que el pozo nos recuerda. Deja elegir la música, pero impone su canto... El de la piedra oscura y la memoria clara."

Recuerdo haber escrito miles de cartas a un amigo del alma, cartas que nadie mas que yo ha leido.

De un tiempo a esta parte, he aprendido a vivir, exprimiendo el presente hasta la médula, no evitando recordar pero si no dejándome llevar por los recuerdos.

Pero en cierto modo, a veces el pasado es como un bosque oscuro, o una casa deshabitada a la que no deseas volver. En cierto modo, un nudo en la garganta nos hace evitar mirarnos a nosotros mismos en ese pasado.

Temo al pasado porque no quisiera quedarme atrapada en el. Pensando que las mejores cosas ya han pasado, y que todo lo que nos queda es el camino de vuelta. Pensando que ya he amado y perdido, y que nunca más volveré a estar en tus brazos. O quizá, que siempre estaré en ellos pero no aqui, no en este tiempo breve y escaso.

En el pasado, ayer, alli permanecemos dormidos, sonreimos, cálidos, eternos.

Cerrando ciclos y abriendo otros nuevos, ya no me encuentro en tus ojos, porque tampoco te busco pero te sigo encontrando en mi, mirándome desde dentro, respirando a mi lado aunque sea un instante.

Mordiendome los labios por miedo a gritar que quiero volver a estar contigo, si es que alguna vez lo estuve.

La voz de la memoria, su claridad, ilumina mi vida rutinaria.