La bandera de mi rendición
Así pues, os entrego la bandera de mi rendición.
Mi cabeza inclino humilde,
porque sé que en mi gesto
también descubro
vuestra debilidad.
Así pues, no me rindo ante el más fuerte
sino ante el más débil.
No me rindo frente al enemigo,
sino que me entrego por entero
al amigo.
Mi cabeza inclino humilde,
porque sé que en mi gesto
también descubro
vuestra debilidad.
Así pues, no me rindo ante el más fuerte
sino ante el más débil.
No me rindo frente al enemigo,
sino que me entrego por entero
al amigo.
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