Quemada

Estoy quemada hasta las brasas.

Quemada hasta el reposapies.
Quemada desde el azucar a las rosas.
Quemada como el perfume de castañas.
Quemada como un sueño soñado muchas veces.
Repetidos ciclos únicos.

Quemada como una estrella apagada.
Quemada como un sorprendente espacio vacío
Quemada como un campo devastado.
Quemada como un bosque olvidado.
Respirando el nuevo invierno.

Esperando la primavera.

Páginas en blanco gritan y gritan y exigen atención.
Como bebés abandonados.

¿Qué edad tiene tu niña? Ninguna, o quizá mi edad.

Arden los astros y los vientos helados también queman mi rostro antiguo.

No es fuego si consume, o quizá espero un fuego que me consuma y no me queme.
No me deje quemada y devastada.
Roída hasta los huesos.
Miserablemente ardiendo en sueños que se apagan.

Como el cuento de la cerillera.

http://irenia.blogia.com/2003/123101-la-cerillera-hans-christian-andersen.php