Preguntas sin respuesta
Me preguntaste ¿qué sentido tiene todo? y no supe responderte.
Podría haberte
dicho que solo ya formular la pregunta, la curiosidad que la articula implica ya
una búsqueda de respuesta, el deseo de un sentido.
Si hubieras afirmado "Nada
tiene sentido", me habrías demostrado tu rendición, y se hace imposible luchar contra una
creencia absoluta, contra una argumentación ya dada, fosilizada, fijada como
letras en piedra, inamovibles.
La sola cuestión ya implica en el fondo la
necesidad de un sentido. ¿La sed existe para el agua o el agua para la sed? Un sentido desconocido pero si intuido. ¿Qué sentido tiene todo? ¿Acaso tiene
sentido la Belleza, la Verdad?
Y sin embargo buscamos la Belleza y amamos la
Verdad. es algo que surge de nosotros mismos como un hambre no saciada, de
conocimiento, de bondad. Un hambre que quizá nos lleve toda la vida saciar, y
ni tan siquiera eso. En nuestra esencia está implícita esa búsqueda. Como un latido se acelera, cuando realizamos un esfuerzo, ya nuestro organismo nos
prepara para ello.
La Verdad y la Belleza tienen sentido en si mismas. Dan
sentido a la búsqueda. La Verdad porque describe la Realidad, desnuda, sin
velos, sin cortapisas. Y llegando a la Verdad, se encuentra a la Belleza. Una da
aliento a la otra como notas de una misma canción. Porque la Verdad, aunque sea
dura, difícil de encontrar, de asumir, tiene siempre algo de Belleza.
Frente a
la Verdad somos guerreros, luchamos por conquistarla; frente a la Belleza somos
amantes, pacientes, solo podemos dejarnos invadir por ella. La Verdad debe ser
conquistada, demostrada, derramando la sangre del conocimiento; la Belleza solo
espera ser contemplada, acogida, aceptada. Aunque la Verdad sea terrible, es la
conclusión del enigma.
¿Qué sentido tiene todo? Buscar la Verdad, encontrar la
Belleza. Luchar por ello hasta nuestro último aliento. Estamos inmersos en una
batalla que no hemos elegido pero que no podemos evitar. Solo por eso la lucha
tiene sentido. Porque no sabemos rendirnos, sostenemos las armas, el estandarte
de los que nos precedieron y seguimos adelante. Porque aunque sea difícil, la
victoria ya es nuestra, forma parte de nosotros. Llevamos el germen de la
victoria en nosotros mismos. Podemos eludirlo, narcotizarlo, fingirlo e incluso
acallarlo, pero si somos sinceros con nosotros mismos, sabemos que ya sólo el
estar aquí, la cantidad de caos que ha tenido que ordenarse para que estemos
aquí, ya tiene sentido.
Que somos únicos, preciosos. Que uno mismo tiene el
universo dentro de si. Por eso sabemos reconocer lo homólogo porque es parte de
nosotros ya. Y nunca nos abandonará.
No hay fronteras que te retengan
ni
palabras que te encadenen.
Eres libre y esa libertad compartes.
No puedo
juzgarte ni lo haré
ni definirte, que sería limitarte.
Eres libre y esa libertad
contagias.
Infinitamente libre; reconozco tu lucha
y solo quiero acompañarte.
Luchar a tu lado luchar por tu causa, que es la nuestra.
Vencer contigo, aquí y en la eternidad.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home